LA IMPORTANCIA DE LAS PLANTAS


Las plantas y su valor ecológico: son necesarias para el equilibrio mundial.- Las plantas son seres vivos de nuestro mundo que, como todos los otros seres vivos, desarrollan el proceso de la vida en etapas conocidas: nacen, crecen, se reproducen y mueren. Las plantas, o como también se les llama, La Flora, se distinguen del resto de seres vivos, la Fauna, por el hecho de que son inanimadas, lo cual quiere decir que no se mueven ni son capaces de desplazarse a grandes distancias salvo cuando crecen.

Junto a los animales y los organismos bioquímicos, hongos y bacterias, conforman, en interdependencia con los demás, los múltiples ecosistemas del Planeta Tierra. Y así, por consiguiente, de su equilibrio y su existencia depende la sostenible del resto, e incluso del propio planeta. Por eso, en primer lugar, las plantas son importantes y necesarias, ya que, como si de un gran rompecabezas se tratara, son una de las piezas primordiales que sustentan y configuran nuestro planeta.


La importancia de las plantas y vegetales del planeta se relaciona directamente con sus funciones
De este modo, el valor ecológico de las plantas es imprescindible, pues cumplen funciones básicas sin las cuales el resto de los seres vivos no se podría reproducir correctamente. Con respecto a la atmósfera del planeta, las plantas sirven de filtro para la contaminación ambiental, regulan la temperatura, generan oxígeno, y por consiguiente, reducen el calentamiento global. Para la corteza terrestre, valen como sujeción y son fertilizantes naturales para el suelo. Y, conjuntamente, para el resto de los seres vivos son una parte primaria de la cadena alimentaria.

Además del valor ecológico que tienen en sí mismas, las plantas conforman una parte del conjunto de los recursos biológicos disponibles y de uso potencial para las sociedades humanas. En este sentido, se debe destacar el valor socio económico que tienen las plantas para los seres humanos, ya que podemos extraer de ellas numerosos productos como materias primas, alimenticias, o sustancias orgánicas y medicinales. Así, es esencial recordar la Revolución Neolítica, aquella en la cual el ser humano pudo domesticar las semillas salvajes que consumía antes como predador y pasó a cultivar sus propios alimentos, adaptándolos a sus necesidades. Las plantas y los vegetales se han convertido desde entonces en el principal insumo alimenticio del ser humano.

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